miércoles, 15 de abril de 2009

MESA REDONDA: La Falange en la era de Franco. Entre la colaboración y la oposición


LA FALANGE EN LA ERA DE FRANCO. ENTRE LA COLABORACIÓN Y LA OPOSICIÓN
Angel David Martín Rubio
Cualquier intento de comprender la intervención de los falangistas en el Nuevo Estado nacido del 18 de julio, debe tomar como punto de partida una triple consideración:
1. La propia naturaleza del régimen político entonces articulado.
2. La situación concreta por la que atraviesa la organización política Falange Española de las JONS al iniciarse la Guerra Civil
3. La aportación específica de la Falange en el terreno de las ideas dentro del conjunto de fuerzas políticas que intervienen en el Movimiento Nacional.

1. En cuanto al primer punto citado, la naturaleza del régimen político entonces articulado, durante la Guerra la zona nacional se configuró a partir de fuerzas políticas muy diversas: falangistas, carlistas, monárquicos alfonsinos, cedistas, republicanos conservadores, regionalistas moderados…, de una legitimación llevada a cabo por la jerarquía católica y no tanto por los intelectuales y de una hegemonía impuesta por los militares a los políticos bajo el arbitraje del Generalísimo Franco[1]. En este escenario es en el que hay que situarse para valorar cuál es la posible aportación de una fuerza política concreta: en este caso la Falange, pero lo mismo se podría decir de cualquiera de las demás implicadas en el proceso que se definió por su carácter de síntesis pragmática.
Sin embargo esto no resuelve del todo la cuestión porque no es menos cierto que dicho Estado se definió en más de una ocasión como Nacionalsindicalista; a partir del Decreto de Unificación se creó un organismo político que asumía a las personas y a los símbolos de la Falange y en determinados momentos se establecieron relaciones tensas con grupos que reivindicaban para sí el entronque con la ortodoxia fundacional. Resta por tanto añadir, cuál era el papel que en su régimen, Franco reservaba a la Falange. La siguiente explicación de Luis Suárez me parece convincente:
«Ciertos pasquines y panfletos llegarían a acusarle de desvirtuar el espíritu
fundacional. Pero esta actitud fue siempre muy minoritaria; hasta el final del
Régimen hubo falangistas que entendieron y aplaudieron. Porque Franco sintió un
gran aprecio por la Falange y no sólo por su fundador, y ni se cruzó por su
imaginación la idea de prescindir de ella cuando algunos, de muy buena fe, así
se lo recomendaban. Pero entendía que Falange estaba al servicio de España,
nunca a la inversa, y debía contribuir, con las demás fuerzas políticas y
sociales, a construir esa nueva forma de Estado que llamaba el Movimiento:
servir a y no servirse de»[2].
2. Por lo que se refiere a la situación concreta por la que atraviesa la organización política Falange Española de las JONS en torno al 18 de julio, al objeto que nos ocupa ahora basta recordar:
— El incremento numérico de la masa militante fuera de todo posible control en dos oleadas sucesivas: tras las elecciones de febrero de 1936 y después el Alzamiento.
— El descabezamiento jerárquico del Movimiento como consecuencia de la actividad represiva del Gobierno del Frente Popular que desmanteló la organización del movimiento y encarceló a todos sus dirigentes y a buena parte de sus miembros. La situación se agravó al comenzar la guerra y quedar buena parte de los mandos en zona roja donde fueron asesinados en su mayoría como es el caso del propio José Antonio o marchar al frente los que estaban en edad militar y en zona nacional, perdiendo en ocasiones también la vida como es el caso de Onésimo Redondo. El problema no se resolvió con la constitución de la Junta de Mando Provisional presidida por Manuel Hedilla.
— Los enfrentamientos internos entre grupos rivales fruto del cantonalismo o autonomía con que actuaron las diversas organizaciones territoriales, provinciales y locales, y que en ocasiones respondían a distintos matices en la propia consideración política del Movimiento. Mayor gravedad aún podrían haber tenido las disensiones con los otros grupos políticos que actuaban en zona nacional que, sin apenas repercusiones en los frentes, podían haber provocado tensiones entre los elementos que actuaban a la retaguardia. La contestación interna al liderazgo de Hedilla y la situación a que se llegó en Salamanca en vísperas del Decreto de Unificación permite explicar la solución expeditiva que se dio al asunto evitando que se repitiera aquí lo que estaba ocurriendo en el bando frentepopulista, sometido a una auténtica guerra civil interna por el control del proceso revolucionario.
Las consecuencias de estas circunstancias se imponen por sí mismas: «El estallido de la guerra civil y la confusión reinante en el seno de la Falange tras la muerte de José Antonio desviaron de raíz la evolución del movimiento falangista impidiendo que éste siguiera el desarrollo previsto por los grupos fundacionales»[3].
3. Podemos en tercer lugar preguntarnos ¿Cuál fue la aportación específica de la Falange en el conjunto de las organizaciones políticas y de la masa social que apoyaron el Alzamiento? Probablemente la idea de una revolución para realizar una «justicia social profunda»[4]. En su ensayo sobre la estructura conceptual del Nuevo Estado, Gonzalo Fernández de la Mora ha resaltado lo que esta aportación tiene de original en el contexto en que se hizo:
«La preocupación falangista por las gentes menos favorecidas, por la función
social de la propiedad, por la redistribución de las rentas, por la
dignificación del trabajador, por la reforma agraria, por la superación de la
lucha de clases y por la humanización de la empresa era más auténtica e iba
mucho más lejos que cuanto hasta entonces habían ofrecido, entre nosotros, los
católicos, los conservadores y los liberales. Falange arrebata sus banderas al
socialismo para nacionalizarlas, y para redimirlas del autodestructivo rencor.
No presentaba un programa riguroso con soluciones concretas a todos los
problemas macroeconómicos, pero sí una voluntad social que la distanciaba de lo
que entonces eran las derechas españolas; apuntaba en una dirección renovadora
de las condiciones laborales y de la misión del capital»[5].

Pero al mismo tiempo, hay que reconocer la falta de madurez del pensamiento político y económico falangista que había sido demoledor en el terreno de la crítica al socialismo y al liberalismo pero no había terminado de articular un modelo de Estado: ¿Quién desempeña la suprema magistratura del Estado? ¿Qué formas adquiere la centralización o la autonomía regional? ¿Separación o unidad de poderes? ¿Consejos o Cortes? ¿Partido único? ¿Sufragio universal o censitario? ¿Cómo se articula la representación orgánica? ¿Cuál es la forma jurídica de los Sindicatos nacionales? Cuando todavía hoy, 75 años después, se discute en medios falangistas acerca de cómo hay que entender algunas de estas cuestiones, parece que no es posible exigir mayor precisión a aquellos hombres que estaban articulando y definiendo un Estado en circunstancias humanas y materiales muchísimo más difíciles.
En todo caso, las ideas vertebradoras del nacionalsindicalismo se plasmaron en numerosas realidades prácticas:
«el salario mínimo interprofesional, la ayuda familiar, la participación en los
beneficios, las vacaciones pagadas, la inamovilidad en el empleo, la protección
a la mujer, la protección del salario infantil, la cogestión empresarial, los
jurados de empresa, las pagas extraordinarias, la enseñanza profesional y
técnica, las universidades laborales, los campos deportivos y parques
sindicales, las becas de estudios, las Reglamentaciones de trabajo y Ordenanzas
laborales, los seguros de paro, vejez, incapacidad y enfermedad generalizados,
el bloqueo de alquileres y casas de protección oficial, las mutualidades, las
magistraturas de trabajo y hasta las cátedras universitarias de Derecho Laboral.
En fin, el nacionalsindicalismo estuvo en la base de la pacificación social y de
la legislación laboral más avanzada de Europa, la que posibilitó la magna tarea
de transformar en clases medias a la mayor parte del inmenso proletario
español»[6].

Esta enumeración no tiene nada de exhaustiva y junto a otras muchas ideas que podrían añadirse y que damos por supuestas para no hacer más larga esta exposición, permiten atribuir a la obra de los falangistas integrados en la España de Franco realizaciones tan trascendentales como el cambio social, la promoción político-social de la mujer, la formación de la juventud y la Organización Sindical. Por supuesto que esta afirmación no supone negar las deficiencias y los desequilibrios, menos aún pretende que el nacionalsindicalismo tuviera en la arquitectura del Nuevo Estado una hegemonía que en ningún momento alcanzó ni oculta las diferencias entre las realizaciones y algunos de las propuestas teóricas de José Antonio o de Ramiro Ledesma. Esta afirmación se deduce del sano realismo que supone comparar la España en cuya edificación intervino activamente la Falange, con la España anterior e incluso con la de nuestros días. Durante el primer tercio del siglo XX, en el caldo de cultivo de las premisas teóricas y realizaciones prácticas del liberalismo, anarquistas, comunistas y socialistas habían gestado unas alternativas revolucionarias que condujeron a un paroxismo del que se empezó a salir no sin grandes dificultades. Por el contrario, el estado de cosas que comenzó en una Guerra Civil acabó desembocando en un cambio decisivo. Autores como Dalmacio Negro afirman que sólo a partir de entonces puede hablarse verdaderamente de un Estado[7] y de aquí arranca también una sociedad más justa o por lo menos más equitativa en la distribución de sus bienes[8], la superación de viejos problemas como el agrario y el alcance de una prosperidad nunca conocida antaño acompañada de conquistas sociales como la atención médica generalizada, difusión de la cultura, acceso de las masas a la educación, estabilidad familiar, escasa delincuencia... De la obra de José Antonio aquella España recogió especialmente dos conceptos: «el hombre es portador de valores eternos» y «España es una unidad de destino en lo universal».
Esta afirmación tampoco impide constatar que, a partir de 1957, la Falange quedó definitivamente descartada como solución de futuro para el régimen, precisamente cuando adquiría madurez para la actividad política la primera generación falangista de posguerra compuesta por hombres formados en el SEU, el Frente de Juventudes y la Guardia de Franco. Soplaban nuevos vientos, y el Gobierno español hace suya la idea de que en la situación del momento la problemática política (es decir, las ideas) ceden ante la problemática técnica. Se abre así un período en el que se aprueba la Ley de Principios del Movimiento Nacional y la Ley Orgánica del Estado y se introducen, sin apenas discrepancias notables, las exigencias del Concilio Vaticano II, «tan opuesto a la significación originaria del Alzamiento y Régimen español como a la tradicional doctrina de la propia Iglesia católica»[9]. Las dificultades exteriores y, sobre todo, el deterioro del espíritu religioso y patriótico en interior, coinciden con una evolución hacia la democracia liberal y el socialismo entonces vigentes y una progresiva europeización bajo el pretexto del desarrollo económico. El Movimiento quedó reducido a funciones burocráticas y de movilización de masas. Incluso, en sus últimos años, su dirección recayó en políticos hábiles, dispuestos a aprovechar para la demolición del Estado de las Leyes Fundamentales la capacidad instrumental de dicho organismo así como su potencial de encuadramiento y de influencia.
Es en este momento, cancelado el proyecto constituyente liderado por Arrese, y en paralelo al alejamiento cada vez más acentuado del Movimiento oficial con relación a las tesis y del discurso falangista, cuando se crean varios grupos que tratan de reivindicar para sí dicha ortodoxia. Los más importantes son los Círculos José Antonio, el Frente de Estudiantes Sindicalistas y los que podemos denominar genéricamente como hedillistas. Estos sectores, junto con los procedentes del propio Movimiento Nacional están en la base de los partidos legalizados en el período de la Reforma Política: FE de las JONS, FE(Independiente) y FE de las JONS (auténtica).
*

Como resumen de todo lo expuesto hasta aquí podemos sintetizar en los tres puntos reseñados el escenario político en el que tiene lugar a intervención de los falangistas en el régimen de Franco:
1.- Un Estado concebido como síntesis pragmática de fuerzas políticas diversas y en el que el aparente predominio formal y simbólico de la Falange esconde un cierto equilibrio entre ellas en lo que a la aportación de las ideas y las personas se refiere.
2.- Un Movimiento político desviado del desarrollo previsto por sus fundadores como consecuencia de las circunstancias históricas en las que se vio envuelto.
3.- Unas ideas propias asumidas por el conjunto del Movimiento Nacional y que están en la raíz de algunas de sus realizaciones más positivas motivadas por el deseo de implantar una justicia social profunda para reafirmar, sobre esta base, la supremacía de lo espiritual.
4.- Sobre todo en dos momentos: en torno a la II Guerra Mundial y en la década de los 60, actuación de personas y grupos que denuncian el abandono por parte del régimen de los postulados nacionalsindicalistas con escaso seguimiento y nula repercusión en la propia evolución política anterior y posterior a la muerte de Franco.

[1] Cfr. GONZÁLEZ CUEVAS, Pedro Carlos, «Los grupos político-intelectuales en la era de Franco», Razón Española 134(2005)301-323.
[2] Suárez Fernández, Luis, Franco: Crónica de un tiempo. I. El General de la Monarquía, la República y la Guerra Civil. Desde 1892 a 1939, Actas Editorial, Madrid, 1999, 33.
[3] SAÑA, Heleno, «La Falange, intento de un diagnóstico», III, Índice 260(1969)10.
[4] En la cuartilla autógrafa que José Antonio dio al periodista portugués Oscar Paxeco (corresponsal de "Diario da Manha" de Lisboa) aparece la siguiente síntesis de sus postulados: «Lo esencial de un Movimiento es esto: encontrar una norma constante que sirva de medida para regular los derechos y deberes de los hombres y de los grupos. Quiero decir: sustituir las luchas de partidos y de clases por una estructura orgánica que encamine el esfuerzo de todos en el servicio común de la Patria. Para esto es preciso: Primero, devolver a España un sentido histórico fuerte, una convicción enérgica de su destino universal. Segundo, restaurar las primicias de las virtudes heroicas, y Tercero, implantar una justicia social profunda, que considere a todo el pueblo como una comunidad orgánica de existencia y establezca un reparto mejor de los placeres y sacrificios» (14-diciembre-1934), consultado en http://www.rumbos.net/ocja/jaoc2124.html.
[5] FERNÁNDEZ DE LA MORA, Gonzalo, «Estructura conceptual del Nuevo Estado», Razón Española 56(1992)279.
[6] FERNÁNDEZ DE LA MORA, Gonzalo, ob.cit., 317.
[7] Cfr. NEGRO PAVÓN, Dalmacio, «La formación del Estado», en La guerra y la Paz. 50 años después, Madrid, 1990, 617-630. Hay algo indiscutible: hasta entonces hubo muchas situaciones políticas, cada una con su Constitución que respondía al programa de un partido, pero ninguno de estos regímenes se consolidó ni puso en marcha unas instituciones respetadas y capaces de dar cauce a una evolución pacífica.
[8] Cfr. Martín López, Enrique, «Evolución de las clases sociales en España; Suárez, Fernando, «El cambio social en la era de Franco».
[9] En expresión de GAMBRA, Rafael, Tradición o mimetismo, IEP, Madrid, 1976, 89.

Martirio AGUADO FERNÁNDEZ: Las políticas familiares en España



· Martirio AGUADO FERNÁNDEZ:
Las políticas familiares en España

Se trata de un resumen de la investigación sobre las políticas familiares en democracia, comparándolas con la legislación existente durante etapas anteriores en España.
Se pretende demostrar que la familia es previa al estado, que éste es creado para el servicio de la familia, y que cuando esto no sucede, el estado debe desaparecer. Se señala a la familia como socializadora de personas.

Se analizan las leyes comparándolas con la legislación anterior y con la doctrina de la Iglesia Católica, remarcando aspectos como el trabajo, el divorcio y el maltrato.
En las conclusiones se afirma que el estado actual no favorece la familia, sino que la perjudica, y se manifiesta que el divorcio, el aborto, las guarderías, los asilos, la televisión y los medios ejercen una acción negativa sobre la familia.Se trata de un resumen de la investigación sobre las políticas familiares en democracia, comparándolas con la legislación existente durante etapas anteriores en España.

Se pretende demostrar que la familia es previa al estado, que éste es creado para el servicio de la familia, y que cuando esto no sucede, el estado debe desaparecer. Se señala a la familia como socializadora de personas.
Se analizan las leyes comparándolas con la legislación anterior y con la doctrina de la Iglesia Católica, remarcando aspectos como el trabajo, el divorcio y el maltrato.En las conclusiones se afirma que el estado actual no favorece la familia, sino que la perjudica, y se manifiesta que el divorcio, el aborto, las guarderías, los asilos, la televisión y los medios ejercen una acción negativa sobre la familia.

Enrique de AGUINAGA: De República a Monarquía



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· Enrique de AGUINAGA:
De República a Monarquía

La transición de República a Monarquía se ha consolidado y está ya en el punto sin retorno. De la normalidad republicana hemos pasado a la normalidad monárquica, a no ser que no se considere normalidad la de la última República y, así, se justifique la guerra de 1936, antes declarada en 1934 por el Partido Socialista Obrero Español. Lo cual sería una contradicción más del antifranquismo.

José Manuel ALFONSO SÁNCHEZ: La otra Iglesia de Franco. Escrito de los cardenales Pla y Deniel, Arriba y Castro y Quiroga Palacios al Jefe del Estado


· José Manuel ALFONSO SÁNCHEZ (Universidad Pontificia de Salamanca):
La otra Iglesia de Franco. Escrito de los cardenales Pla y Deniel, Arriba y Castro y Quiroga Palacios al Jefe del Estado con motivo de los proyectos de Leyes Fundamentales

Hace ya algunos años el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova, publicó un libro titulado: La Iglesia de Franco. El autor describe el comportamiento de algunos sacerdotes y obispos de la época, vertiendo juicios de valor a cada paso con el fin de corroborar esa idea tan políticamente correcta en los últimos tiempos de la Iglesia como aliada de Franco y legitimadora de represiones de todo tipo. Es la Iglesia del trono y altar, la Iglesia de la cruzada, de la venganza, del nacionalcatolicismo. En otro lugar he puesto a este término como ejemplo de simplificación excesiva de la historia, de una interpretación general por encima de los hechos concretos, cuya explicación resulta siempre mucho más difícil y costosa.

Quede claro que el título de la otra Iglesia no indica una Iglesia distinta, sino la misma, pero vista desde otra perspectiva, a mi juicio bastante desconocida, ausente por supuesto de los medios de comunicación del momento y de la vida pública. Tampoco pretendo justificar o legitimar comportamientos de algunos eclesiásticos y obispos, muy alejados del mensaje evangélico, y hasta ofensivos para muchas conciencias cristianas. Aspiro únicamente a iluminar zonas sombrías, llenar vacíos (algunos se podrán llenar, otros no), romper silencios, consciente de que la descripción de un árbol concreto, como puede ser esta comunicación, no cambia la configuración del bosque, o que las excepciones siempre confirman la regla, si bien es verdad que éstas van siendo cada vez más numerosas .

El escrito de los cardenales Pla y Deniel, Arriba y Castro y Quiroga Palacios lleva fecha de 12 de diciembre de 1956. Consta de nueve folios, con subrayados y observaciones al margen del propio Franco. Que yo sepa, tienen conocimiento directo del documento dos personas: Laureano López Rodó (en el volumen I de sus Memorias reproduce literalmente algunos párrafos) y Luis Suárez.
Los tres cardenales españoles muestran su disconformidad a Franco ante los dos proyectos de Leyes Fundamentales propuestos por el ministro Arrese: la Ley Orgánica del Movimiento Nacional y la Ley de Ordenación del Gobierno. El escrito contiene duras críticas; entre otras, se dice que dichos proyectos están en desacuerdo con las doctrinas pontificias, y que la forma de gobierno en España propuesta en estas dos leyes se convierte en una verdadera dictadura de partido único, a semejanza del fascismo en Italia, del nacionalsocialismo en Alemania o del peronismo en Argentina. Posiblemente lo que más molestó a Franco, a juzgar por la anotación al margen, es que los cardenales denunciasen el incumplimiento práctico del Fuero de los Españoles, sobre todo del artículo 34: Las Cortes votarán las leyes necesarias para el ejercicio de los derechos reconocidos en este Fuero. Y a renglón seguido añaden: “Ni una sola Ley complementaria se ha dictado; y por el contrario sí muchas disposiciones contrarias a los derechos reconocidos en este Fuero, como en materia de Prensa y de Asociaciones”.

Manuel CHACÓN RODRÍGUEZ: ¿La Falange en el poder? Testimonio del Secretario Local de FET y de las JONS en Córdoba (1949)


· Manuel CHACÓN RODRÍGUEZ:
¿La Falange en el poder? Testimonio del Secretario Local de FET y de las JONS en Córdoba (1949)

Durante casi todo el periodo que abarcó la época de Franco, e incluso con la misma o más intensidad aún en nuestros días, una gran parte de españoles, a escala popular, identificaban (e identifican) al régimen como falangista –tanto para lo bueno como para lo malo; las más de las veces para lo segundo-, pues entendían o entienden (independientemente de la opinión y el análisis riguroso aportado ya hace tiempo por historiadores y politólogos serios) que la Falange era la que estaba en el poder y la que dominaba por completo la situación política.
Sin embargo, y ateniéndonos al estudio de la documentación histórica, ¿hasta qué punto los propios falangistas de la época, en especial aquellos camisas viejas de antes de la guerra que después de ésta se habían integrado en el nuevo Estado (no nos detendremos, pues es capítulo aparte, en los falangistas directa y trágicamente enfrentados al Régimen sobre todo entre 1937 y 1942, aunque los tendremos muy en cuenta para redactar las conclusiones finales de este trabajo), hasta qué punto, decíamos, veían al Régimen aquellos falangistas de los tiempos fundacionales y a la vez fieles al Caudillo, transcurridos unos años, como un Estado propio o hasta qué punto se identificaban con él?
Así, en esta comunicación presentaremos, a partir de la exposición y análisis histórico de un documento redactado en 1949, y revisado brevemente por su autor años después, la opinión sincera y descarnada al respecto de esta cuestión por parte de un modesto mando falangista de provincias, un honesto camisa vieja cordobés de la época fundacional de la Falange de José Antonio, llamado Francisco Vázquez Delgado (1891-1972) que, con el cargo de Secretario Local en Córdoba del partido único FET y de las JONS, presenta al Consejo Local de Córdoba, a sus camaradas más próximos y directos, un informe o propuesta de organización y funcionamiento de la Secretaría Local dirigida a mejorar la situación del Partido en Córdoba capital, inspirado por el llamamiento hecho a escala nacional por los ministros falangistas (y también camisas viejas) José Antonio Girón de Velasco y Raimundo Fernández Cuesta, así como por la Inspección nacional de la Vieja Guardia, en el sentido, de que era urgente mejorar la organización y la difusión proselitista entre los españoles de la doctrina nacionalsindicalista, y sobre todo –y aquí está el quid de la cuestión de nuestra investigación- en el sentido de mejorar la presencia y la fuerza política con que por entonces, 1949, contaba la Falange que, como veremos, Vázquez Delgado entendía (a la par que sus mandos superiores) que estaba en aquellos momentos “todavía lejos de la plenitud de su triunfo”.
En este sentido, y a lo largo de todo su informe, Vázquez Delgado transmite directa e indirectamente una conclusión fundamental, avalada en nuestros días por las más recientes investigaciones históricas: denuncia la confusión entre los españoles de su época respecto a la Falange, que les llevaba a identificar la situación política y a todo cargo público como falangista, incluso a los que no lo eran (y paradójicamente, en numerosas ocasiones, al revés: a identificar los logros del programa social impulsado por la Falange como logros no falangistas)[1], confusión que tiene pésimas consecuencias para la Falange como doctrina y movimiento político, ya que ésta, convertida prácticamente en una estructura administrativa burocratizada, afronta a pie de calle la peor parte (y paga las consecuencias, en especial durante los peores años del hambre de la década de 1940) de una situación que ni domina ni es totalmente falangista, con la consiguiente mixtificación de su mensaje y confusión general respecto a ella.
Para solucionar este problema, que lleva a que los españoles identifiquen como falangistas a personas y situaciones que no lo son, y viceversa, Vázquez Delgado lo tiene claro: el poder tiene que estar totalmente en manos de la Falange, con lo que no habrá obstáculo de ningún tipo para llegar, de verdad, a la Revolución Nacionalsindicalista, “única solución –en palabras suyas- con la que puede conseguirse la grandeza de la Patria y el bienestar para todos los españoles”.En 1955, pasados ya unos años de este testimonio, el propio Vázquez Delgado reconocería con desánimo y desilusión la pasividad en aplicar las medidas propuestas por él y sus mandos nacionales. Lo que, unido a las trabas puestas por activa y por pasiva por parte de tecnócratas, monárquicos y medios financieros contra los falangistas de corazón, acabarían por terminar, en 1957, con la minoritaria pero fundamental –hasta entonces- influencia falangista en los gobiernos de un Estado de apariencia falangista pero que, ya sin freno, acabaría dirigiéndose hacia el capitalismo y la tecnocracia.

[1] Logros, que dicho sea de paso, se corresponden casi en su totalidad con la etapa en que un falangista camisa vieja, José Antonio Girón de Velasco, fue ministro de Trabajo (1941-1957), a saber: creación de las Escuelas de Formación Profesional, política de salarios, Seguridad Social (vejez, invalidez, maternidad, accidentes de trabajo, enfermedad profesional o no, paro forzoso, etc), higiene en el trabajo, mutualidad laboral, cajas de compensación, reglamentación laboral, estabilidad en el empleo, viviendas sociales, Universidades Laborales, comités de empresa, jurisdicción laboral, vacaciones retribuidas, crédito popular, cooperativas, etc.

Moisés DOMÍNGUEZ NÚÑEZ: Nöel Fiztpatrick: Un masón en la Legión



Vislumbraremos el perfil de un “soldado de fortuna”, un buscavidas que por aquellos lances del azar dio con sus huesos en la Legión. Encontrar algunos datos relativos a este teniente de la Legión ha resultado algo difícil debido principalmente a que durante su vida utilizó varios nombres: Michael, Noel Eduard, Manuel… Finalmente hemos podido reconstruir la vida militar de este enigmático legionario. Con ello pretendemos esclarecer los datos difusos que existen sobre Nöel Fiztpatrick en la distinta historiografía.

Joaquín GARCIA BLAZQUEZ: Francisco Franco ante la historia: Vencer después de morir



· Joaquín GARCIA BLAZQUEZ (Profesor de Tecnología de la Información):
Francisco Franco ante la historia: Vencer después de morir

El presente trabajo pretende poner en evidencia que el Golpe de Estado del 18 de Julio de 1936 fue el resultado final de una situación político-social insostenible y de tal gravedad que superó ampliamente las voluntades colectivas e individuales de los propios implicados de jamás desearon sublevarse contra la Constitución y la República.

Tras la victoria militar, se constata la capacidad del Gobierno y la gesta colectiva de la población para conseguir con grandes esfuerzos y penurias salir de aquélla triste situación.
Después de la muerte de Franco y de una transición modelo para todas las naciones, la izquierda alcanza el poder y volvemos otra vez hacia el pasado: la economía se deteriora, se dispara el terrorismo, los movimientos separatistas se acentúan, se crea el GAL y el paro inicia su carrera ascendente: Volvemos otra vez de mano de la izquierda y los nacionalismos a situaciones que ya creíamos superadas.
Se demuestra que el régimen de Franco ha sido un paréntesis, una excepción en la historia de España y sus logros sociales se encargará la izquierda de dilapidar. A Franco se le odia y se le denigra y a la izquierda se la disculpa y se la reverencia: Esto es España.
*
Mis queridos amigos, les ruego encarecidamente que acepten como resumen de esta modesta comunicación, no mis propias conclusiones, sino las palabras de tres personalidades que centran ejemplarmente la situación: Pío Baroja, Francisco Franco y Santo Tomás de Aquino.

“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. A saber:

1.- Los que no saben
2.- Los que no quieren saber
3.- Los que no les interesa saber
4.- Los que odian el saber
5.- Los que deprecian a los que saben
6.- Los que sufren por no saber
7.- Los que viven gracias a los que no saben" (PIO BAROJA)

"El Cid es el espíritu de España… aquél espíritu que no se hinca de rodillas y exige el juramento de Santa Gadea, o aquél que se pone en pie de guerra para expulsar a Napoleón.
Los españoles somos solidarios en el destino de la Humanidad y no podemos hurtarnos a los dictados de la Geografía y de la Historia.
A golpe de invasiones se forjó nuestra nacionalidad. Mucho antes que otros pueblos España ya era nación y al templarse nuestro carácter en la lucha fuímos fieros de nuestra independencia y proyectamos nuestra impronta por todo el mundo, hasta que la invasión de doctrinas extrañas acabó sumiéndonos en la decadencia.
El secreto para anularnos o vencernos fue siempre el mismo: el dividirnos interiormente y así perdimos el Imperio, la industrialización del Siglo XIX y el tren del progreso" (FRANCISCO FRANCO).

“El desorden en la organización social proviene de que no se pone al frente de la nación al más capaz y al más prudente. Uno de los peores males que le puede ocurrir a una nación es que un necio, un ignorante o un inepto ocupe el poder” (SANTO TOMAS DE AQUINO)

La verdad es que creo que no es posible definir mejor qué somos, cómo somos y hacia dónde nos encaminamos los españoles, tanto a nivel individual como colectivo.
Joaquín García Blázquez

Martín IBARRA BENLLOCH: Los católicos de las diócesis de Huesca y Barbastro y las autoridades de la España Nacional


Beato Florentio Asensio, Obispo Mártir de Barbastro

Los católicos de las diócesis de Huesca y Barbastro y las autoridades de la España Nacional (18-VII-1936/VII-1938)

La suerte que corrieron durante la Guerra Civil Española las diócesis de Huesca y de Barbastro fue bien distinta. La ciudad de Huesca se mantuvo asediada, con su obispo Lino Rodrigo al frente. En la segunda, el obispo Florentino Asensio fue detenido, encarcelado, castrado y fusilado. En este artículo daremos algunas pinceladas sobre qué hizo el obispo y algunos sacerdotes, en relación a los sucesos de carácter político de la zona nacional. También recogemos información sobre la opinión vertida en los principales periódicos aragoneses, sobre todo en los oscenses, sobre la Iglesia Católica, su jerarquía y la posibilidad de crear un régimen con instituciones y ordenamiento católicos. Por problema de espacio, nos detenemos en el momento de la liberación de ambas diócesis en la primavera de 1938, con la consagración de la ciudad de Barbastro al Sagrado Corazón de Jesús y María. También hemos obviado la documentación privada y el estudio de las esquelas, que arrojan mucha luz a la hora de entender qué sintieron y vivieron los católicos de ese momento. Hemos optado por incluir los pueblos que antes pertenecían a otras diócesis, Urgel y Lérida y ahora forman parte de la de Barbastro-Monzón.

Cesáreo JARABO JORDÁN (Licenciado en Pedagogía): Frente de Juventudes: Educación en libertad



Cesáreo JARABO JORDÁN (Licenciado en Pedagogía):
Frente de Juventudes: Educación en libertad

El objetivo del trabajo es estudiar, desde el punto de vista pedagógico, qué fueron los Campamentos del Frente de Juventudes; ¿una institución militarista?, ¿un medio de control político y social?, o por el contrario ¿una institución educativa con carácter propio? La conclusión final es que se trató de una institución educativa con carácter propio que posibilitó una educación social y en libertad de más de cuatro millones de muchachos

Manuel MARTÍN LOBO: Obra señera de Franco: embalses, regadíos, colonización y repoblación forestal



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· Manuel MARTÍN LOBO (Doctor Ingeniero de Montes y Periodista):

Se pretende describir la gran labor de la España de Franco en materia de embalses, regadíos, colonización y repoblación forestal, en particular en Extremadura, con el Plan de Badajoz y los regadíos de Cáceres. Se estudia si el Plan citado fue un éxito o un fracaso, y se puede concluir que no fue un éxito pleno, porque tuvo fallos ―por otra parte explicables como gran obra en unos tiempos difíciles― pero en manera alguna un fracaso, pues no puede calificarse como tal la construcción de más de cinco grandes embalses, con capacidad de 3.700 Hmc.(hectómetros cúbicos o millones de metros cúbicos) y de cientos de kilómetros de canal; casi 150.000 has.de regadíos; más de 40 nuevos pueblos, 5.000 colonos en parcelas de 5 has.; repoblación forestal de 50.000 has.; un centenar de industrias; más de 200 mil millones de pesetas de 1993 invertidas,etc.etc. Fue una TVA (Autoridad del Valle del Tennessee) a escala española del New Deal de F.D.Roosevelt de 1933, para corregir la Gran Depresión de 1929, del que ahora ha vuelto a hablarse como necesario por el Nobel Paul Krugman al nuevo Presidente USA Obama. Franco tuvo que remontar la enorme depresión de una Guerra Civil devastadora y en contra de casi todo el mundo.
Las obras señeras de la España de Franco fueron muchas, elevando a una nación desde la ruina de una Guerra Civil y su destrucción casi prácticamente total hasta estar entre las más desarrolladas. Pero al menos podemos dar algunas cifras que sean una síntesis (1940-70):
· La población aumentó casi vez y media, de 26 a 34 millones.
· La renta por habitante de 15.000 pts. a 57.000 pts., casi cuatro veces más.
· La producción agraria aumentó vez y media, de 168.000 millones de pts. a 248.000 millones.
· La repoblación forestal pasó de 792 Has. a casi 2.500.000, 2.960 veces más.
· La transformación en regadíos aumento más de 12 veces, de de 83.000 Has. a más de un millón.
· El trasvase Tajo-Segura ideado por Lorenzo Pardo lo realizó el «Ministro-Eficacia» de Franco: Federico Silva Muñoz.
· La producción de carne aumentó cuatro veces y media, de 329.000 Tm. a 1.451.000 Tm.
· La producción de leche pasó de 2.100 millones de litros a casi 4.000 millones de litros.
· La pesca aumentó casi tres veces y media, de 447.000 Tm. a 1.493.000 Tm.
· La energía eléctrica aumentó más de quince veces, de 3.617 mill.kw/h. a 56.484 millones.
· La producción de acero pasó de 804.000 Tm. a 7.350.000 Tm., más de 9 veces.
· La producción de cemento casi 13 veces más, de 1,3 mill.Tm. a 16,5 mill.Tm.
· La construcción de buques 48 veces y media más, de 19.000Tm. a 920.000 Tm.
· La flota mercante pasó de 955.000 Tm. a 3.581.000 Tm, casi 4 veces más.
· Las viviendas construidas, de 32.000 a 3.121.931, casi 98 veces más.
· Los teléfonos pasaron de 327.000 a 4.570.000, catorce veces más.
· La capacidad de los embalses pasó de 4.000 mill.m3 a 36.628 millones más de 9 veces.
· El seguro de enfermedad creció 81 veces más, de 311.600 beneficiarios a 25.134.956.
· El índice de crecimiento de las importaciones pasó de 100 a 2.334, más de 23 veces.
· El índice de crecimiento de las exportaciones pasó de 100 a 1.846, más de 18 veces.· Los alumnos fueron casi el doble, de 3.338.000 a 6.179.000.
· La producción editorial pasó de 4.047 títulos a 19.717, casi cinco veces más.
· El analfabetismo bajó del 18,7 por 100 de habitantes al 3 por ciento, 6,7 veces menos.
· El número de turistas pasó de 83.000 a más de 24 millones, 290 veces más.
· Los ingresos por turismo en divisas pasaron de 2,5 millones a 1.680 millones, 672 veces más.
· Los puestos de trabajo creados entre 1940 y 1970 fueron 3.837.000, casi 4 millones.
Podríamos añadir algunos datos más, pero creemos suficiente para acreditar lo que se hizo en 30 años en la España de Franco, que hemos limitado a 1970, por conveniencias de información estadística homologable, pero que hasta 1975 aumentarían aún más. Baste con decir que la Renta per capita pasó de 420 dólares de 1975 a 2.620 también de 1975;que el analfabetismo en este año bajó ya al 2 por ciento, y que la población activa agraria bajó (por la industrialización y el urbanismo) del 56 por ciento, al 19 por ciento, entre otros datos.

Por lo que respecta a las referencias concretas a Extremadura, que luego se expondrán, y en especial sobre el Plan de Badajoz, están basadas en nuestro libro de 2002 titulado “El Plan de Badajoz:¿éxito o fracaso?”.Como conclusión del mismo se deduce que pese a las diatribas contra el mismo -y la canonización excesiva- la realidad es que se trató de una gran obra, con fallos, pero acierto indudable, muy semejante en escala española a la famosa Autoridad del Valle del Teennesse (TVA) del NEW DEAL de 1933 del Presidente Franklin Delano Roosevelt, que ahora se vuelve a recomendar a Obama. Para Extremadura representó una creación de infraestructura hidráulica formidable, y también productiva, que sólo en el 5% de la superficie de Badajoz (150.000 Has. de 2.175.000 totales) produce más del 20% de su renta provincial.
1. Política hidráulica y de colonización desde el siglo XIX
Desde luego en España los regadíos empezaron con los romanos y después los árabes. Los primeros hasta construyeron presas como las de Proserpina y Cornalvo, precisamente en Badajoz. De los segundos no consta que hicieran presas, pero es indudable que dominaron los riegos por derivación en las Vegas de Granada, Murcia y Valencia. A Jaime I en la Reconquista se le atribuye la Acequia Real del Júcar. Y ya con la Casa de Austria no se limitan los riegos al litoral mediterráneo y la cuenca del Ebro, sino que se afronta el Canal de Castilla, el Imperial de Aragón y el ordenamiento de los riegos de la Vega de Granada. Pero después de la conquista de América y la Guerra de la Independencia, hemos de saltar a la primera Ley de Aguas de 1866, a la de 1879, y con el gran Joaquín Costa a la que ya entonces se llama “política hidráulica”, al I Plan Nacional de Obras Hidráulicas-del ministro de Fomento Gasset-de 1902 y leyes de 1905 y 1911 que ya permite que las obras de transformación en regadío sean construidas por el Estado, siguiendo una corriente de todo el mundo desarrollado (Reclamation Act del presidente Theodore Roosevelt de 1902) en aquellos comienzos de siglo.
Los franceses crean en 1921 la Compañía Nacional del Ródano, España en 1926 las Confederaciones Hidrográficas -la primera la del Ebro- y USA en 1933, como se ha dicho antes la T.V.A. o Autoridad del Valle del Tennessee, de la que nos ocuparemos posteriormente con un mínimo detalle. Después, la II República promulga la Ley de Obras de Puesta en Riego (OPER) de 1932, con el Instituto de Reforma Agaria (IRA). También hay que mencionar el Plan Nacional de Obras Hidráulicas de 1933 de Lorenzo Pardo, el ingeniero de confianza del ministro Indalecio Prieto que fue rechazado en la fase de Información Pública (a pesar de lo cual se empezó la presa de Cijara, como diremos). Por cierto que el ingeniero Lorenzo Pardo, que militó en el Partido Radical fugazmente, en la Guerra Civil tuvo que refugiarse en la Embajada de Chile hacia donde después marcharía. No respetaban ni a los que parecían suyos… Su Plan -ya con el ministro Guerra del Río- incluía el trasvase Tajo-Segura como una idea o proyecto que, años después sería realizado por el “Ministro-Eficacia” de Franco Federico Silva. Dentro de la propia Guerra Civil, con el Gobierno de Burgos, se estudió y aprobó en 1938 el Plan Nacional de Obras Públicas de Peña Boeuf, que era el ministro, y que contenía también un primer Plan Nacional de Repoblación Forestal, al que nos referiremos posteriormente. Y ya en la época de paz de Franco se da un gran impulso con la Ley de Bases de Colonización de Grandes Zonas del mismo 1939, la Ley de Colonización y Distribución de la Propiedad de las Grandes Zonas Regables de 1949, modificada en 1962, y el Instituto Nacional de Colonización.
El hecho es que con tales instrumentos la España de Franco aumenta sensiblemente los grandes regadíos, más de 511.000 Has. entre 1955 y 1964, y entre 1939 y 1970 en más de un millón de Has., aumentando en más de 12 veces, como queda referido, las 83.000 Has de 1939. Y la capacidad de los embalses de 4.000 a cerca de 40.000 millones de metros cúbicos de agua redentora (diez veces más)… Es una mínima reseña.
2. Política forestal desde el siglo XIX
Aunque puede hablarse de famosos jardineros como Boutelou antes del siglo XIX, hasta este siglo no existe una política forestal, aunque incipiente, que se inicia con la creación en 1848 en el castillo de Villaviciosa de Odón de la Escuela y el Cuerpo de Ingenieros de Montes del Estado, por iniciativa del ilustre militar D.Bernardo de la Torre Rojas. La Escuela es la tercera después de la de Caminos, Canales y Puertos y de la de Minas. Sus primeros Ingenieros, entre ellos el primero D.Agustín Pascual (que estudió Selvicultura en la Escuela de Tharand en Sajonia y fue el Presidente del Consejo Superior de Montes), tuvieron que afrontar el envite de la Desamortización de Mendizábal, con cierto éxito, ya que consiguieron salvar de aquel desastre nada menos que 6 millones de Has. de montes, gracias a la invención del Catálogo de Montes de Utilidad Pública, invendibles, imprescriptibles, etc. Catálogo que llega hasta nuestros días.

Estos Ingenieros de Montes de 1848 no eran franquistas ,naturalmente…Pero sí fueron ecólogos, no ecologistas, palabra(Ecología) que no existió hasta 1866, en que la inventó el biólogo Ernest Haeckel, por tanto después de 1848, en que nacieron antes los Ingenieros de Montes españoles. Los que les siguieron, de 1939 en adelante consiguieron repoblar cerca de 4 millones de hectáreas, y con pinos españoles, contra lo que dicen los ecologistas. Porque en la Escuela de Montes a los Ingenieros (¿franquistas?) nos enseñaron que hay no uno sino siete Pinos españoles autóctonos, y que además en los terrenos despoblados y pobres en que sólo había matorrales, había que repoblar precisamente con los frugales pinos, para establecer primero una Etapa de los Pinares que era de regresión pero que permitía ir después a otras especies más ricas y exigentes. Y todo esto se hizo con un instrumento: el Patrimonio Forestal del Estado (PFE,1941, recreado), y después el ICONA (Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza,1971). Por cierto que el PFE fue inicialmente creado en 1935 por el Gobierno republicano de derechas, por el ministro de Hacienda José Larraz, de la CEDA. Por todo eso se le concedió a España la llamada “cinta azul de la repoblación mundial” en el Congreso Forestal Mundial, celebrado en España el 6 junio de 1966. Hoy día la ostenta la nueva China, seguida de España, por lo que se hizo desde 1941 a 1975.Es de justicia recordar que la parte científica y botánica del Plan de Repoblación Forestal que incluyó el Plan Nacional de Obras Públicas de 1938 de Peña Boeuf fue estudiado y desarrollado por el Catedrático de Botánica de la Escuela de Montes, el doble Académico de la Lengua y las Ciencias. el Ingeniero de Montes D.Luis Ceballos y Fernández de Córdoba, natural de San Lorenzo de El Escorial.

3. El NEW DEAL de Franklin Delano Roosevelt de 1933.La Teennesee Valley Authority (TVA)
La Gran Depresión de 1929, con el crack de la Bolsa de Nueva York, obligó al Presidente Roosevelt a idear el New Deal o Gran Pacto de 1933, que tiene como uno de sus objetivos principales el aprovechamiento de los recursos hidráulicos y energéticos de los Estados de la Unión sobre la base proporcionada por la “Reclamation Act” de 1902 de Teodore Roosevelt, relativa a la utilización de recursos hasta entonces explotados por la iniciativa privada, dando los primeros pasos el Estado Federal de intervención en las grandes obras hidráulicas para la transformación en regadíos.

Al mismo tiempo se devalúa el dólar, se acuña moneda de plata para sustituir y complementar al oro, hay una nueva ley bancaria, seguro sobre depósitos bancarios y subida de salarios.

A partir de 1933 se trazan importantes planeamientos de zonas inmensas representadas por cuencas hidrográficas poco o mal explotadas: las de los ríos Teennesee, Columbia, Missouri,etc., planes que entrañan realmente el tratamiento a escala de grandes regiones de todos los problemas de éstas.

Las disposiciones principales del New Deal fueron la Ley de Ajuste de la Agricultura (AAA) de 12 de mayo de 1933, la Autoridad del Valle del Teennesee (TVA) como Agencia Estatal, de 18 de mayo de 1833, la Ley de Recuperación Industrial Nacional (NIRA) de 16 de junio de 1933 y el Cuerpo Civil de Conservación (CWA) de 1935.

Nos ocuparemos tan solo de la T.V.A., por la similitud -en magnitudes distintas completamente- con el Plan de Badajoz. Se trata de una Agencia del New Deal, organismo público autónomo, responsable únicamente ante el Presidente y el Congreso, con el fin de resolver conjuntamente los diversos problemas técnicos, económicos y sociales de la ordenación general del valle del Teennesee, lo que luego se llamaría por los franceses el Aménagément du Territoire y Ordenación del Territorio en español, que nosotros divulgamos a partir de 1960-61 como el término desarrollo regional (nuestro libro Realidad y perspectiva de la planificación regional en España 1960-61). En España ese tratamiento conjunto fue planteado por las Confederaciones Hidrográficas de 1926 (Dictadura de Primo de Rivera), la primera la del Ebro y representaba -como la TVA- “el primer esfuerzo para desarrollar en forma unitaria todos los recursos de un valle fluvial”.

Los temas concretos, aparte de la producción de energía eléctrica, eran la regularización de dicho río, la producción agrícola y ganadera, la repoblación forestal y el bienestar económico y social de la población afectada. El Presidente Roosevelt llegó a llamar al Valle del Teennesee “el problema número uno de índole económica que tenía ante sí la nación”, pues hacía 150 años era un valle próspero y en 1933 era un erial.

Se construyeron treinta presas, nueve de ellas en el río principal, Teennesee, afluente del Ohio, a su vez del Mississipi, y veintiuna presas en los tributarios. La producción de energía eléctrica es sencillamente colosal, modernizando 65.000 granjas con nuevas técnicas agrícolas, siendo el principal suministrador de energía desde los balbuceos atómicos hasta incluyendo una de las más grandes instalaciones atómicas del país.

La cuenca comprende 106.190 kilómetros cuadrados, o sea, más de diez millones de hectáreas (cinco veces la provincia de Badajoz) sobre las que viven unos cinco millones de personas. Las orillas abarcan más de 14.000 km. de longitud (pesca fluvial, turismo, etc.). Industrias de todas clases, etc. todo lo cual ha elevado el nivel de vida de los habitantes, que se quintuplicó sólo en los primeros quince años. Un portentoso éxito que, unido a la expansión de los EE.UU. con la II Guerra Mundial resolvió en buena parte el problema de la Gran Depresión, haciendo bueno ese refrán de que los agricultores y la agricultura lo que necesitan es “Agua, sol y guerra en Sebastopol”…

Pues bien este gran sistema “autoritario” (Autoridad del Valle…) tuvo su reflejo-aunque no creo que se inspiraran en él, sino más bien en la idea prístina y original de las Confederaciones Hidrográficas de 1926, que se anticipó a la TVA de 1933 de Roosovelt…- con el Plan de Badajoz de Franco, sobre lo que haremos posteriormente algunas precisiones. Pero ¿es el NEW DEAL apto para los tiempos actuales?

4. Realizaciones en Extremadura
Está claro que en estos aspectos lo más destacado fue el Plan de Badajoz 1952, que analizaremos con algún mayor detalle, así como una referencia a los regadíos también importantes de la provincia hermana de Cáceres, aunque no tuvieran el nombre de Plan, algo que explicaremos.

a) El plan de Badajoz.
El nombre completo de este Plan es el de Plan de Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación de la Provincia de Badajoz, y fue aprobado en Sesión de las Cortes Españolas de 5 de abril de 1952, saliendo su Ley de 7 de abril de 1952 en el Boletín Oficial del Estado del día 8 de abril, mayor rapidez imposible, lo que da idea de su urgencia.

Y es que la provincia de Badajoz tenía un grave y ancestral problema económico-social, con miles de yunteros sin tierra, que durante la II República Española se enconó con el Gobierno del Frente Popular de febrero de 1936, con invasiones de fincas y graves altercados por la Reforma Agraria que hicieron clamar en Radio Madrid al Director del Instituto de Reforma Agraria, el republicano Vázquez Humas contra tales ilegales invasiones, explicando a los campesinos que de otro modo “no sería una ley, sino un acto revolucionario ,que podría llevar a la desorganización de la economía agrícola, más allá de la cual sería el caos”. Así lo recuerda Edward Malefakis en su conocido libro sobre la Reforma Agraria. Es por eso por lo que Franco visita por primera vez Badajoz en diciembre de 1945 y dice: “Vengo a esta provincia porque es la que tiene el mayor problema económico-social de las provincias españolas”. Y Badajoz supo movilizarse con lo que entonces se llamaba las “fuerzas vivas” (abogados, ingenieros, notarios, empresarios, etc.) bajo la dirección de un Gobernador Civil excepcional, Joaquín López Tienda, con un inteligente secretario Sierra Molina,y estudiaron y culminaron en 1948 el llamado Plan de Ordenación Económico-Social de la Provincia de Badajoz, proponiendo numerosas soluciones, pero la mejor y mayor de ella era indudablemente el regadío de las Vegas del Guadiana que había intentado la República sin resultados patentes pues como hemos anticipado el Plan de Lorenzo Pardo no fue aprobado en el trámite de Información Pública siquiera. La consecuencia grata fue que el Caudillo ordenó (manu militari, como Roosevelt con la TVA) que se formara una Comisión Técnico-Mixta de Ingenieros que elaboraran un Plan, y éste fue el Plan de Badajoz.

Así empezaban a cuajar intentos desde 1902 (Plan Gasset de la Monarquía), durante la cual se hicieron estudios geológicos y técnicos para el emplazamiento de la gran presa de Cijara, cuyas obras iniciales (ataguía para desviar el río para la cimentación, el edificio de la Administración y viviendas de Ingenieros, caminos de acceso), sin estar aprobada la Información Pública (¿la manu militari de la República?) fue inaugurada por el entonces ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto en febrero de 1933. En lugar de bendición hicieron explosionar unos barrenos laicos… En ese breve período (se echó encima la Guerra Civil) se inició también la primera parte de la excavación del Canal de Montijo aunque no existía todavía la presa de este nombre.

Hubo también -y no queremos olvidarlo, ya con el ministro Guerra del Río- un Plan Cijara de la República pero que nunca tuvo una finalidad social y no se llevó a efecto naturalmente. Se quedó en un folleto que guardamos religiosamente… Lo hicieron los llamados entonces Servicios Hidráulicos del Guadiana en 1934 y sólo hablaban de arrendatarios y de familias asentadas en parcelas que “constituyan su medio de vida”. A los que por cierto se les daría dos Hectáreas o dos Has.y media. Ni siquiera las 5 del plan de Badajoz que luego se criticó que eran escasas. No había mención alguna a la Reforma Agraria de la República. Hablaban también de “una casa al lado de la tierra que labore”, pero no se concebían los nuevos pueblos hoy tan fecundos, y de los que la España de Franco construyó unos 40 en el Plan y unos 300 en toda España para 52.000 familias y otras 5.200 para obreros para cultivar el regadío

La existencia del Plan de Badajoz en su formación socializadora se debe inequívocamente a que desde 1939 existe una legislación colonizadora que va más allá de la Reforma Agraria de la República, que sólo repartió fincas de secano, prácticamente, con el fracaso subsiguiente. Por ello el Plan de Badajoz, antes de repartir, aumentó la riqueza por el regadío en más de cinco veces. Conforme a los nuevos planteamientos de las Naciones Unidas y su FAO. Gracias a los hitos colonizadores de sus nuevas leyes, ya mencionadas, y al Instituto Nacional de Colonización que se creó sólo a los seis meses de terminada la Guerra Civil, el 18 de octubre de 1939.

Lo que tiene también de singular el Plan es que se intenta que sea una verdadera planificación (con las insuficiencias que expuso el francés Jean Moulias en su tesis doctoral y nosotros mismos en nuestro libro “Realidad y perspectiva de la planificación regional en España,1960-61”, con prólogo del profesor López Rodó), ya que no se creó un organismo ex novo como la TVA americana, sino que se coordinan los existentes (Confederaciones, Delegaciones de los diversos organismos, etc.) mediante una Secretaría Gestora, un Comité de Coordinación y Gestión y una Comisión Permanente de Dirección, el organismo superior. Tuvimos el honor y la satisfacción como extremeño de formar parte de la Secretaría Gestora, de 1953 a 1958, como Ingeniero Jefe de la Sección Técnica de la misma. Fue una experiencia ensayada por primera vez en España y tuvo sus aciertos.

b) Realizaciones hasta 1973
Son los últimos datos facilitados por la Secretaría Gestora en su disolución, aunque el final oficial sería en 1975. Corresponden al Programa reajustado de 1963. Durante su larga duración, casi 25 años, tuvo reformados de obras, reajuste de los Programas, revisiones de precios, etc., cuando la realidad lo iba demandando.

Regulación del Guadiana
Capacidad total de los embalses: 3.756 Hm3, rebasando los previstos 3.238.
Transformación en regadío
Transformadas 95.522 Has. Pendientes sólo 1.266. Si se considera un reformado posterior de 1977, que elevó el total a 133.000, quedan pendientes 26.610.
Colonización
Asentados con parcela y vivienda 4.885 empresarios (antes llamados colonos) de 7.000 previstos, pendientes 2.115. Con parcela complementaria (huertos) 1.274. Viviendas construidas: 5.680 de patrimonio familiar, 1.789 complementarias, de 2.000. Pendientes 1.320 y 211.
Repoblación forestal
Repobladas 68.500 Has, con lo que superaron las 50.000 previstas.
Comunicaciones
Se excluyeron del Plan y pasaron a los Planes normales, aparte de suspender (segunda vez, la República, todo lo que olía a Primo de Rivera) el Ferrocarril Villanueva de la Serena-Talavera de la Reina (que estaba muy avanzado, la fiebre de las carreteras), que tenía toda la infraestructura terminada, y casi toda la superestructura (grandioso y bello viaducto de Guadalupe, con homenaje a la Virgen). Llegó a funcionar un tren de prueba desde Villanueva unos pocos kilómetros…
Industrialización
Contra lo que se suele decir no falló tanto: funcionaron un centenar de industrias nuevas desde una fábrica de cemento, una de hierros, conservas vegetales, etc. Al cabo del tiempo algunas desaparecieron (cementos, hierros, que se hicieron sólo para las obras) y surgieron otras nuevas (centrales hortofrutícolas, etc.)
Electrificación
Se superaron las previsiones tanto en potencia instalada como en consumo: 71.400 kw.de potencia de nuevas centrales y 260.000 kw/h consumidos (el doble del previsto).En la presa de Cijara se realizó precisamente la interconexión entre las grandes Redes eléctricas del norte y del sur de España.

c) Balance económico-social del Plan
El mejor, y creemos que el único completo, Estudio sobre estos aspectos es el realizado por el Instituto de Estudios Económicos publicado en 1975, pero cuyos datos no llegan a este año. Revelan –resumido-lo siguiente:

- Parte de una superficie efectivamente regada de sólo 74.301, aunque las transformadas fueran más, y de 99 establecimientos industriales promovidos o activados por el Plan.
- Los efectos originados o valor añadido neto en los tres sectores económicos (agricultura, industria y servicios) fueron de 5.511 millones de pts., lo que supone el 20 por 100 de la renta provincial (entonces 26.574 mill.pts.)
- Del total de la renta agraria originada en la provincia el 93 por 100 es consecuencia de la explotación agraria de las zonas regables del Plan.
- La renta generada en las zonas del Plan es el 76 por 100 del PIN, es decir, más de las tres cuartas partes.
- La renta agraria generada por el Plan (período 1953-1970) superó los 11.000 millones. La estimada 1971-1986 es de 50.000 millones de pesetas.
- La renta industrial creada por el Plan (1.143 mill.pts.) supuso el 22 por 100 de la renta industrial provincial. Como el número de puestos de trabajo creados fue de 6.628, resulta una renta media por obrero ocupado en la industria de 200.000 pesetas en 1970.
- El coste total del Plan de Badajoz que fue previsto en la Ley de 1952 en 5.374,5 mill.pts de 1951, equivalentes a 15.237 mill.pts., de 1970 pasó a 28.098 en 1970. De tal aumento el 41 por 100 corresponde a la ampliación de extensión de los regadíos (de 100.000 a 135.000 Has.), y el 49 por 100 a la realización de obras no previstas en 1952 pero necesarias, cosa normal en un Plan de larga duración. Por deficiente estimación inicial del coste hubo un aumento del 18 por 100, compensable en parte con el 8 por 100 de disminución por obra prevista y no realizada por descarte en carreteras y ferrocarriles, desglosados del Plan como se dijo.
- El coste total por Hectárea en el Plan de Badajoz ha sido (en pts.1970) de 188.421 pts. por Ha., de las que corresponden 21.981 a la regulación(presas), 115.061 a la transformación en regadíos (canales, acequias,etc.), 39.823 a colonización (acequias secundarias, nuevos poblados, etc.) y 11.556 a varios.
- Las iniciales 100.000 Has.de regadío (de las 2.165.000 Has totales de la superficie provincial) suponen el 3,63 por 100 de la superficie productiva provincial, y tan pequeña parte aporta a la renta de la provincia el 20,74 por 100 de la misma, o sea, nada menos que su quinta parte.
- La provincia de Badajoz ha llegado a ser (compite con Zaragoza) la primera productora de maíz de España. En frutales se sobrepasaron las previsiones para 1980 del Plan de Desarrollo en un 18 por 100. Famoso y conocido el caso de la pera limonera, la más temprana de España, pero que se exportaban como leridanas por los cauces comerciales.
- La densidad de población, en habitantes por Km2, cuya media provincial es de 30 habitantes/ km2 (con un mínimo en la mal llamada Siberia extremeña de 15) alcanza un máximo de 55 habit./km2 en las Vegas del Guadiana, única comarca que no se despuebla en la década 1960-70 y que antes eran unos pastizales novilleros.
d) Una valoración financiera
Partiendo sólo de los 5.374,5 mill.pts iniciales de la Ley del Plan (ya sabemos que en la práctica fueron más) representarían en pesetas 1993 (que es cuando hice el cálculo) más de 200.000 millones. Esta cifra,sea cual sea el régimen político que la destinó para Badajoz y para Extremadura, debe ser reconocida y valorada por los extremeños. Téngase en cuenta que calculando que se hiciera en veinte años, en lugar de los 14 inicialmente previstos serían 10.000 mill. pts. cada año, 100.000 pts/Ha,10 mill.pts./km2

Frente a esto, según estudio del economista profesor Martín Ramajo, de la Universidad de Extremadura, realizado en 1993, las inversiones reales por km2 en 1991 en la región eran de 422.890 pts. y en el total de España 1.232.544 pts., el triple que en Extremadura, y muy lejano de todas formas, de los DIEZ millones de pts. por km2 que representa el Plan de Badajoz. Dejemos la política aparte y reconozcamos los hechos objetivamente y como son en la realidad. Naturalmente, las inversiones del Plan de Badajoz eran de horizonte limitado en el tiempo, y aplicables sólo a sus 100.000 Has. Pero lo cortés no quita lo valiente…

Pero sobre todo hay que valorar lo que toda España fue capaz de hacer en Badajoz y Extremadura continuadamente durante una veintena larga de años, con todos los problemas y fallos que pudo tener, y que nosotros mismos fuimos de los primeros en estudiar en nuestro libro citado de la planificación regional y demás.

Y es que para resolver los problemas de Extremadura hacen falta no uno, sino veinte Planes de Badajoz en el que participen -con su adhesión plena y efectiva- las gentes de Extremadura, cuestión ésta que tuvo también algún fallo.

e) Una pregunta algo teórica
Pregunta teórica, pero bastante real: ¿se habría podido hacer el Plan de Badajoz sin Franco? Desde luego parece que con la República no, pero no sólo por el clima de anarquía que condujo -junto a otras concausas- a la Guerra Civil, sino porque incluso el Plan de Prieto-Lorenzo Pardo ni siquiera fue aprobado en el trámite de Información Pública, como ya dijimos. Pero ¿y con la democracia después de 1975? Pues creemos que tampoco. Sé perfectamente que con ella se ha hecho -se empezó en tiempos de Suárez- el enorme embalse de la Serena -que yo visité con mi hijo Juan Pablo, que estaba terminando Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, durante la construcción- y que tiene de capacidad 3.500 millones de metros cúbicos, es decir, tanto como todos los embalses del Plan de Badajoz juntos. Pero el Plan de Badajoz no era sólo construir uno o varios embalses gigantescos, sino una verdadera transformación económico social muy compleja, que seguramente se habría perdido en los dédalos de un sistema democrático. ¿Es que no estamos viendo lo que ha sucedido después con el Plan Hidrológico Nacional y con los trasvases? Nos guste o no -y no estamos con ello ni canonizando una dictadura-dura o blanda, ni desprestigiando un régimen democrático, sino dándonos cuenta de la realidad de las cosas.

El Plan de Badajoz necesitaba para llevarse a cabo durante tantos años -un cuarto de siglo- una decisión, si queremos manu militari, nunca mejor dicho. Ni más ni menos como la del Presidente F.D.Roosevelt en 1933 con la TVA americana. Incluso en el Régimen de Franco le vinieron después problemas con el Plan de Estabilización y el Plan de Desarrollo. Pero para entonces el Plan de Badajoz era ya imparable… De modo que Badajoz y Extremadura tuvieron suerte por lo menos esta vez. Y hasta cabría decir -como dicen que el propio Franco dijo en una desgraciada ocasión “no hay mal que por bien no venga”…

f) Los regadíos de Cáceres.
Algunas de las zonas del Plan de Badajoz, como las Vegas Altas, entran en la provincia de Cáceres, por Madrigalejo y por ahí está por ejemplo el nuevo poblado llamado por eso Pizarro. Pero Cáceres tiene además tres importantes zonas de regadíos en afluentes del Tajo, como son las zonas de Rosarito, Borbollón y Gabriel y Galán. Pero no llegó a existir un Plan Cáceres, aunque se intentó.

Dichas tres zonas siguieron las mismas normas de colonización que las de Badajoz. Pero no añadieron a ello otras actividades con el nombre de Plan, por lo que vamos a explicar.

Después del Plan de Badajoz, otra provincia que tenía agudos problemas sociales era la de Jaén, y al año siguiente, 1953, se aprobó otro Plan de Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación -el mismo nombre- de la provincia de Jaén. Pero había otras muchas zonas regables con colonización incluida por una gran parte de España. Y en 1958, para no tener que aprobar cada vez un Plan y otro Plan, surgieron los Planes de Obras, Colonización, Industrialización y Electrificación de las Grandes Zonas Regables, que dependía directamente de Presidencia del Gobierno, con una Secretaría Gestora, un Comité de Coordinación y Gestión y una Comisión de Dirección, pero aquí además de los Ingenieros con los Economistas del Estado recién nacidos con López Rodó y la OCYPE, la Oficina de Coordinación y Programación Económica de la Presidencia del Gobierno. Actuaban sobre una treintena de Grandes Zonas Regables en Salamanca, Cáceres, Andalucía, Aragón, etc.

El que suscribe tuvo el honor, después de pasar por el Plan de Badajoz de 1953 a 1958, de ser nombrado Jefe de la Secretaría Gestora a las inmediatas órdenes de un Secretario Gestor que fue -le guardo especial cariño- el gallego D.Ramón Ferreiro Rodríguez-Lago, ya fallecido. Trabajamos hasta 1966, en que fue sustituida por la Comisión de Transformación en Regadíos del Plan de Desarrollo.

Se estudiaron muchos Planes, entre ellos el que podía haber sido el Plan Cáceres. Pero todo cambió con el Plan de Desarrollo. Y así se frustró el que iba a ser llamado Plan Cáceres.
Resumidamente:
Zona de Rosarito (ambas márgenes). Decreto de 7-9-51.-11.500 Has.de riego.8 nuevos pueblos.
Zona de Borbollón: Decreto 4-8-52.-11.940 Has.de riego.2 nuevos pueblos.
Zona de Gabriel y Galán: Decreto 5-2-54.-43.500 Has de riegos.9 nuevos pueblos.
La riqueza del regadío triunfó también en Cáceres.
5. Conclusiones
1. Es desde luego una obra señera y emblemática de la España de Franco la realizada de 1939 a 1975 en embalses, regadíos, colonización y repoblación forestal en toda España.
2. La capacidad de los embalses se multiplicó por cuatro pasando de 10.000 millones de metros cúbicos en 1936 a casi 40.000 mill.mc.en 1975.
3. La transformación en regadíos llegó al millón de Has.regadas.
4. Se construyeron 300 nuevos pueblos, para 52.000 familias.
5. Se repoblaron forestalmente casi 4 millones de hectáreas.
6. El Plan de Badajoz dotó a esta provincia de una infraestructura hidráulica que no tenía: más de 5 grandes presas (3.700 mill.mc), comenzando por la famosa de Cijara; cientos de kilómetros de canales principales y secundarios, con apenas canal muerto, es decir que regaban desde el principio; cientos de km.de acequias, caminos en las zonas regables, más 100.000 Has.de regadíos, más de 40 nuevos pueblos, más de 5.000 colonos o empresarios agrícolas instalados en sus parcelas; 68.000 Has. repobladas forestalmente, la mayor parte de ellas en cuencas de los embalses; un centenar de nuevas fábricas; las centrales de los embalses produjeron más de 260.000 kw/h. En Cijara se produjo precisamente la interconexión entre las grandes Redes eléctricas del norte y del sur.
7. Los efectos originados por el Plan supuso un valor añadido neto del 20 por 100 de la renta provincial.
8. Del total de la renta agraria provincial el 93 por 100 es debido a las zonas regables. La renta generada en el Plan es el 76 por 100 del PIN, más de las tres cuartas partes. La renta industrial de las nuevas zonas contribuye con un 40 por 100 a la total provincial.
9. El coste total por hectárea en el Plan de Badajoz ha sido (en pts.1970) de 188.421 pts/Ha,de las que corresponden 21.981 a la regulación(presas),115.061 a la transformación en regadío (canales principales y secundarios, etc), 39.823 a colonización (acequias principales y secundarias, nuevos poblados, etc) y 11.566 a varios.
10. Las iniciales 100.000 has. de regadío (de las 2.165.000 Has totales de la superficie provincial (21.000 km2.) suponen sólo el 3,63 por 100 de la superficie productiva provincial, y tan pequeña parte aporta a la renta de la provincia el 20,74 por 100 de la misma, o sea, nada menos que su quinta parte.
11. La provincia de Badajoz gracias a los regadíos del Plan ha llegado a ser (compite con Zaragoza) la primera productora de maíz de España. Arrolla en su producción de pera limonera más temprana, que se comercializa a través de canales comerciales foráneos, leridanos.
12. La densidad de población pasó en las zonas de las Vegas a 55 habitantes por km2, cuando la media de la provincia es de 30 o en la mal llamada Siberia extremeña de 15.
13. El Plan de Badajoz invirtió en casi un cuarto de siglo más de 200.000 millones de pts de 1993, cifra que representa en 20 años 100.000 pts/Ha,o sea 10 millones de pts por Kilómetro cuadrado de superficie, cifra no alcanzada por la media española. (Si aplicáramos el coste real de 188.421 pts/Ha aludido antes, aún sería mayor)
14. El Plan de Badajoz no se podría haber hecho sin Franco, como la TVA del Valle del Teennesee tampoco sin Franklin Delano Roosevelt. Badajoz y Extremadura tuvieron suerte esta vez… porque ahora después con los follones de los trasvases, ni pensarlo. Menos mal que el Plan de Badajoz estaba prácticamente hecho en 1975.
15. Cáceres no tuvo un Plan específico, pero sí tres importantes zonas de regadío, con un total de 66.940 Has.de regadío y 19 nuevos pueblos, entre ellos el famoso de Vegaviana, obra del Arquitecto José Luis Fernández del Amo, que fue premiado en un Congreso de la Rusia Soviética.

BIBLIOGRAFIA ESENCIAL
LIBROS
1.-VARIOS AUTORES entre ellos López Tienda y Sierra Molina.Plan General para la Ordenación Económico-Social de la provincia de Badajoz.1948.Secretaría de la Junta Provincial de Ordenación Económico-Social. Gobierno Civil de Badajoz. Cinco gruesos tomos (se le llamó el Pentateuco) más uno complementario de gráficos.
2.-GARCIA DE OTEYZA Y MARTIN LOBO, Luis y Manuel. El Plan de Badajoz.1958.Secretaría Gestora del Plan.INI. En el quinto aniversario(1952-57).
3.-MARTIN LOBO, Manuel. Realidad y perspectiva de la planificación regional en España.1960-61.2ª edición en Foro de Ideas,1962.
4.-MOULIAS,Jean. Un exemple étranger de planification regional: Le Plan de Badajoz. Tesis doctoral mimeografiada.1961.
5.-INSTITUTO NACIONAL DE INDUSTRIA. Estudios económicos sobre el Plan de Badajoz.1963.INI.
6.-SIGUAN SOLER,Miguel. Colonización y desarrollo social: Estudio marco del Plan de Badajoz.1963.
7.-PIMENTEL GÁLLEGO Y GONZALEZ LIBERAL, José y Pablo. Estudio económico del Plan de Badajoz.1963.Cuadernos de Documentación del INI.
8.-MINISTERIO DE AGRICULTURA. Estudio Económico y Social de Extremadura.6 tomos(El forestal y la edición nuestra,Sección de Publicaciones) 1969.Portada:cuadro del pintor pacense Adelardo Covarsí
9.-BERINGUIER,Charles. Colonisation et développement regional.Le Plan de Badajoz.1969.IEDES.(Instituto de Desarrollo Económico y Social de París)
10.-MINISTERIO DE COMERCIO. Estudio para la solución de los problemas que plantea la comercialización de los productos hortofrutícolas en la provincia de Badajoz.1972.Dirección General de Comercio Interior.
11.-INSTITUTO DE ESTUDIOS ECONOMICOS. Evaluación de los Planes de Badajoz, de Jaén y de Tierra de Campos.1975.
12.-RUEDO IBERICO. Colectivo. Extremadura saqueada. Recursos naturales y autonomía regional.1978.
13.-MAPA,MAP Y MOPU. Historia y evolución de la Colonización Agraria de España.1988
14.-BAIGORRI,Artemio. Hacia la urbe global:Badajoz,mesópolis transfronteriza. Tesis doctoral en la Universidad de Extremadura. 2001
15.-MARTIN LOBO,Manuel. El Plan de Badajoz ¿éxito o fracaso?.2002.En el cincuentenario del Plan(1952-2002).EGRAF S.A.
16.-MEDINA,Juan. El Plan Badajoz y el desarrollo económico de la provincia.2002 Tecnigraf.
17.-VARIOS AUTORES. I Congreso Nacional sobre Desarrollo Rural y Agrario en las Vegas del Guadiana. Sociedad HUSO 30.Don Benito(Badajoz).2003-2004.
ALGUNOS ARTICULOS EN LIBROS O REVISTAS
1.-DOMINGUEZ GARCIA, Mariano. “Colonización en marcha: La Gran Zona de Montijo”. Revista de Colonización. Suplemento de Agricultura. nº9.1948.
2.-GARCIA ATANCE, José. “El Plan de Colonización e Industrialización de Badajoz”. Revista AGRICULTURA Nº253.1953
3.-MARTIN MARTIN, Enrique. “Un gran esfuerzo para un gran fin”. Información Comercial Española. nº234.1953.
4.-MARTIN LOBO, Manuel. “El Plan de Badajoz es técnicamente perfecto”. Información Comercial Española. nº247.1954.
5.-LOPEZ SANTAMARIA, Francisco. “El Plan Badajoz”. Revista de Estudios Agrosociales. nº6.1954.
6.-CAMPOS NORDMANN, Ramiro. “La problemática económica de Badajoz y su solución”. Información Comercial Española. nº247.1954
7.-MARTIN MARTIN, Enrique. “El Plan Badajoz”. Información Comercial Española. nº247.1954
8.-MARTIN LOBO, Manuel. “Una formidable obra conjunta de la ingeniería civil española.El Plan de Badajoz”. Boletín del Instituto de Ingenieros Civiles de España, nº12,1955.
9.-GARCIA ATANCE, José. “Algunos extremos en relación con el plan de Industrialización y Colonización de Badajoz”. Revista AGRICULTURA. Nº277.1955.
10.-CAMPOS NORDMANN,Ramiro. “Notas sobre la planificación económico-social de Badajoz”. Revista de Estudios Agrosociales. nº14.1956
11.-BOLETIN DE LA ASOCIACION NACIONAL DE INGENIEROS AGRONOMOS. Extraordinario dedicado al Plan Badajoz.1956
12.-PUIG (S.J.), Ignacio. “El Plan Badajoz”. Revista IBERICA. Nº337.1957.
13.-JUAREZ SANCHEZ-RUBIO, Cipriano. “La transformación agraria en las Vegas del Guadiana”. Revista de Estudios Geográficos. nº143. 1976
14.-LOPEZ LINAJES,J. “Un análisis radical del Plan Badajoz”. Revista Agricultura y Sociedad, nº12. 1979
15.-GONZALEZ, Manuel Jesús. “El desarrollo regional frustrado durante treinta años de dirigismo”. En el libro La España de las autonomías. Pasado, presente y futuro. Espasa Calpe.1979
16.-DELGADO GARCIA,L. “Mi vida ha discurrido en el Plan Badajoz”. I Congreso Nacional sobre D.R.y A.en las Vegas del Guadiana. HUSO.Don Benito(Badajoz)2003-2004.
17.-GARCIA –MARGALLO GUILLÉN,E. “Industrias agroalimentarias fruto de la intercooperación en el Plan Badajoz”. I Congreso Nacional HUSO 30.Don Benito. 2003-2004.
18.-GOMEZ POMPA,Pedro. “Recuerdos de un Ingeniero sobre el sistema de riegos del Plan Badajoz”. I Congreso Nacional HUSO 30.2003-2004
19.-GUTIERREZ ORTIZ,J.A. “Intrahistorias del Plan Badajoz”. I Congreso Nacional HUSO 30.2003-2004.
20.-MARTIN LOBO,Manuel. “Orígenes y antecedentes del Plan de Badajoz.(1902-1952-2002)Un siglo de perspectivas y realidades largamente anheladas. II Congreso Nacional HUSO 30. 2003-2004.
21.-MARTIN LOBO, Manuel. “Hacen falta muchos estudios de conjunto sobre el Plan de Badajoz”. I Congreso Nacional HUSO 30.2003-2004
22.-QUINTANA ALVAREZ, José Luis. “El Plan de Badajoz. Perspectiva en la política agraria comunitaria”. I Congreso Nacional HUSO 30.2003-2004.
23.-RUBIO GARCIA,F. “El fondo documental de la Secretaría Gestora del Plan de Badajoz”. I Congreso Nacional HUSO 30.2003-2004.
24.-SANCHEZ DE QUIROS, J.M. “El cooperativismo actual y su participación en el proceso industrial de las Vegas del Guadiana”. I Congreso Nacional HUSO 30.2003-2004.25.-SOTO VALADES,Diego. “El Plan Badajoz en Don Benito”. I Congreso Nacional HUSO 30 2003-2004)
Publicado en:
Altar Mayor, Nº 130 - Septiembre - Octubre de 2009

Francisco PILO ORTIZ: Nombres para no olvidar: Coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León



· Francisco PILO ORTIZ:
Nombres para no olvidar: Coronel Ildefonso Puigdengolas Ponce de León

Con este resumen de las actuaciones del que fue comandante militar de Badajoz entre el 25 de julio y el 14 de agosto de 1936 se pretende recordar a quien fue el máximo responsable de los sangrientos sucesos que se vivieron en Badajoz y su provincia ya que de él emanó la iniciativa de armar a las masas, permitiendo con ello los excesos que se cometieron y al mismo tiempo, dejando a la mayoría de las poblaciones sin guarnición de la Guardia Civil, a los cuales ordenó incorporarse en la Comandancia de Badajoz donde quedaron en carácter de detenidos, permitiendo que las milicias marxistas se hicieran dueños de las poblaciones donde realizaron asesinatos y torturas que no pueden describirse por su brutalidad y sangre fría. En definitiva, uno más de los muchos nombres que la Memoria Histórica no debe olvidar.

Manuel ROS AGUDO: Franco y la guerra contra Inglaterra


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· Manuel ROS AGUDO (Universidad San Pablo-CEU, Madrid):
Franco y la guerra contra Inglaterra

La verdadera actitud de la España de Franco ante la segunda guerra mundial siempre ha sido motivo de polémica. Hoy, gracias a la aparición de nueva documentación, podemos matizar mucho mejor el mito de la neutralidad y acercarnos al momento, en la segunda mitad de 1940, en el que por parte española se hicieron muy serios preparativos militares para entrar en el conflicto, mediante un ataque a Gibraltar y la simultánea invasión de Portugal.
Se ha venido manteniendo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el mito de que Franco jamás deseó entrar en ella y que su gran papel fue servir de parachoques a las presiones de Hitler evitando a España esa gran catástrofe. El hecho incuestionable es que España no participó en la guerra, pero documentos recientemente descubiertos nos permiten matizar mucho esa rotunda aseveración: el Caudillo en el otoño de 1940 estuvo muy cerca de participar en una guerra corta, únicamente contra Inglaterra.

Nos encontramos en el momento histórico, que va de junio a diciembre de 1940, conocido como de la tentación beligerante de Franco. Francia derrotada, había firmado un armisticio el 22 de junio con Alemania. Gran Bretaña, rendido su aliado, quedaba enteramente sola para hacer frente al más potente y moderno ejército del mundo, la Wehrmacht de Hitler. Esa situación, que convertía al Führer en el amo de la Europa continental, al menos mientras conservara su pacto de no agresión con la URSS, fue vista desde Madrid como una oportunidad inigualable para España, siempre que ésta supiera jugar bien sus cartas.

Con una Inglaterra aislada, apenas segura del apoyo material que podría obtener de los EEUU, el conflicto europeo parecía, en la segunda mitad de 1940, solo tener una salida posible, una derrota inglesa o la negociación. Puesto que Churchill y su gobierno de concentración nacional no contemplaban sino la resistencia a ultranza, en las islas, en Canadá u otros enclaves del Imperio, la prioridad estratégica de Hitler era proporcionar a su enemigo una serie de derrotas que le hicieran hincar la rodilla.

Puesto que la invasión de Inglaterra se había revelado demasiado arriesgada para los alemanes al no contar con el dominio del aire (perdido sobre las islas en septiembre de 1940), el siguiente golpe de la máquina de guerra nazi debía darse contra las vías de comunicación del Imperio inglés. El objetivo más a mano (que de triunfar, permitiría cerrar el Mediterráneo y crear una especie de bloque euro-africano bajo control del Eje), era lógicamente Gibraltar. Para llegar a la base británica y montar un ataque por vía terrestre se necesitaba el permiso o la participación española.

Antes de que Hitler mostrara verdadero interés por el tema a primeros de agosto de 1940, los españoles ya habían dado un par de pasos en esa dirección: el primero se dio el 16 de junio cuando Franco consiguió que Hitler recibiera a un enviado suyo, el general Juan Vigón. El objetivo era informarle de primera mano del interés español en unificar todo Marruecos, la zona francesa y la española, en un solo Protectorado. El momento era clave para ello, pues todavía no se habían discutido con Francia los términos exactos de su rendición y cabía la posibilidad de que los alemanes arrancaran esta concesión a los vencidos. Franco se llevaría un gran chasco en este punto, pues Hitler, para no arriesgar una vuelta a las armas del (imbatido) Imperio francés, cedió en Compiègne y no exigió ningún territorio colonial. Se había previsto que estos temas en todo caso serían tratados cuando la guerra terminara con Inglaterra y se firmara con ella un Tratado de Paz general. Mientras tanto interesaba al Reich no someter a Francia a demasiadas humillaciones y desactivarla como enemigo. El segundo paso español hacia la guerra fue la oferta realizada por el embajador Magaz en Berlín el 19 de junio, naturalmente por orden de Franco: España estaba dispuesta a entrar en la guerra contra Inglaterra si se le proporcionaba ayuda militar y sobre todo garantías formales de adquirir no solo Gibraltar, sino todo Marruecos, la región de Orán en Argelia y una ampliación de la Guinea española. Es decir, fue Franco quien primero se ofreció a entrar en la guerra, aunque estableció claramente y desde el primer día el precio que demandaba para hacerlo: todo un Imperio colonial en el norte de África para España. Hitler no quiso dar una respuesta inmediata a la oferta española, hasta no ver como evolucionaba la situación. Este silencio alemán, que duró casi tres meses, cayó muy mal entre los altos dirigentes españoles.

No desvelamos hasta aquí nada desconocido hasta el día de hoy. Han sido analizado y desmenuzados hasta la saciedad por otros historiadores las conversaciones de Serrano en Berlín y la de Franco y Hitler en Hendaya, para establecer las condiciones de la beligerancia española. La conclusión de todo ese farragoso proceso negociador llevó a un callejón sin salida, traducido en dos posiciones irreconciliables: por un lado el Führer aspiraba a que Franco se contentara con recibir Gibraltar de forma inmediata y dejara el tema africano para el futuro incierto de las grandes negociaciones de Paz, una vez vencida Inglaterra. Por otro el Caudillo, de forma muy inteligente (por conocer el escaso valor de la palabra de Hitler) se negaba a permitir el ataque a Gibraltar y a entrar en la guerra hasta que no se le garantizara mediante un acuerdo formal, por escrito, el Imperio colonial deseado. El dictador alemán podría fácilmente haber formalizado tal acuerdo de cesión, pero se arriesgaba, si lo hacía, a provocar una rebelión en el Imperio colonial francés, lo que habría supuesto en última instancia la vuelta a las armas de los franceses en África, apoyados con toda seguridad por los británicos. Así que, si se aceptaban las condiciones españolas para poder atacar Gibraltar, era muy posible que se abriera un nuevo frente norteafricano, complicando sobremanera la situación para Alemania lejos de mejorarla. Además para Hitler el Mediterráneo siempre fue un frente secundario. Lo que de verdad deseaba era someter cuanto antes a Inglaterra, para pacificado el frente occidental, atender al objetivo para él principal: el ataque a la URSS, fuente inagotable de materias primas y petróleo, planeado secretamente ya desde julio de 1940.

Por lo tanto no descubrimos nada nuevo, aunque sí matizamos el mito de la prudencia de Franco, si afirmamos que el Caudillo se habría lanzado a la guerra (así lo expresan los documentos), a pesar de las carencias militares y materiales, con tal de que Hitler le hubiera garantizado la obtención de esos ansiados territorios africanos. Por lo tanto Franco sí estuvo dispuesto a arriesgar (y mucho) para España y su régimen, entrando en la guerra. Simplemente factores ajenos a él, fuera de su control, confluyeron providencialmente para alejar a España de la guerra: el temor de Hitler a un levantamiento francés en África y la negativa francesa a cualquier concesión colonial, que vulnerara el armisticio firmado el 22 de junio en Compiègne. Esto bloqueó las aspiraciones españolas, y con ello la entrada en la guerra.

Por el contrario sí es absoluta novedad un documento muy revelador sobre las intenciones bélicas de Franco aparecido recientemente en dos archivos: el del Alto Estado Mayor y el de la Fundación Francisco Franco, que custodia los 27.000 documentos dejados a su muerte por el anterior Jefe del Estado. Nos referimos al Plan de Operaciones para la invasión de Portugal[1], elaborado por aquel alto organismo en diciembre de 1940. Su importancia es trascendental, pues muestra cómo por parte española la planificación militar para la guerra contra Inglaterra se había de desarrollado al detalle, con toda seriedad y meticulosidad. Se trata de un Plan de Operaciones de 120 páginas con todas las de la ley, y no de un mero ejercicio de Estado Mayor para considerar posibles contingencias, como algún obcecado en el error querrá sin duda calificarlo. El Plan consta de siete apartados, desde los antecedentes históricos de otras invasiones de Portugal, hasta la cartografía necesaria para poner en práctica las operaciones. En medio, una serie de directivas de Franco en primera persona a los tres Ejércitos, singularmente al de Tierra y a la Aviación, detallando qué fuerzas iban a participar y por dónde iba a desarrollarse la ofensiva principal: al norte y sur del Tajo a cargo de dos Cuerpos de Ejército. Se calculaba que en dos o tres semanas los portugueses serían puestos fuera de combate.

Lo más interesante del documento es que explica los porqués de esa invasión. España comenzaría la guerra contra Inglaterra atacando Gibraltar, pero de forma simultánea se procedería a la invasión de Portugal por una razón muy simple: era un aliado histórico de Gran Bretaña y lo más lógico era que la reacción inglesa a la pérdida del Peñón fuera un fácil desembarco en las costas portuguesas desde donde montar el posterior avance sobre España. Con muy buen criterio estratégico, para arrebatar esa fácil baza a su enemigo, Franco quería invadir preventivamente Portugal. Una vez ocupado el vecino país, con ayuda alemana e italiana se podría montar con muchas más garantías la defensa de toda la Península.

El documento es una verdadera bomba historiográfica, pues muestra con toda crudeza cómo Franco se preparó a conciencia para la guerra, poniendo en disposición sus armas para golpear de forma devastadora para Inglaterra en Gibraltar y Portugal. Nos falta por conocer el Plan de Operaciones complementario, el diseñado contra la Roca, que cabe suponer aparecerá en los archivos militares en un futuro cuando éstos sean desclasificados en su totalidad. Ese día se podrá escribir de forma definitiva la historia de la planificación militar española durante la segunda guerra mundial, y de seguro proporcionará más de una sorpresa.

Mientras llega ese momento (por ejemplo la desclasificación de más de mil cajas de documentación del Estado Mayor del Ejército, pendiente desde 1997) hay que trabajar con los documentos que van apareciendo. Por ejemplo en el archivo del general Varela, ministro del Ejército entre 1939 y 1942, se conserva un manuscrito de Franco en el que ordena tener preparada la invasión de alguna zona del Marruecos francés por si fuera necesario sustituir a Francia como potencia protectora a raíz de su hundimiento y derrota en junio de 1940. En otro lugar[2] hemos explicado con detenimiento cómo Franco y su muy africanista ministro de Exteriores Juan Beigbeder, planificaron junto al Alto Comisario Carlos Asensio, provocar una rebelión indígena antifrancesa en Marruecos coincidiendo con la debacle en la metrópoli. Esto proporcionaría la excusa para la intervención española en la zona francesa, alegando que Francia era incapaz de cumplir con su misión protectora. Se contaba con el apoyo de 40.000 indígenas armados y encuadrados en “harkas”, que penetrarían desde la zona española. Desde dentro de la zona francesa les apoyarían un número indeterminado de kaídes y sus gentes, a los que se había sobornado previamente. Con la seguridad del apoyo indígena y esperando una débil y desorganizada resistencia francesa, tropas españolas invadirían el Marruecos francés, con idea de tomar posiciones de cara al fin de la guerra e incorporar todo Marruecos bajo bandera española.

Este era el sueño de Franco, que había hecho toda su carrera militar en Marruecos y había experimentado la larga serie de humillaciones y ninguneos proporcionada a España por la política colonial franco-británica, muy relacionada desde el punto de vista inglés con la seguridad del Estrecho de Gibraltar entre los años 1902-1935. También era el sueño de Beigbeder, que había sido Alto Comisario en Maruecos entre 1937 y 1939 y conocía al dedillo esa humillante política francesa. El resto de los pesos pesados militares en el régimen de Franco (Varela, Yagüe, García Valiño, Muñoz Grandes…) también apoyaba esa política en junio de 1940, aprovechando la debilidad proverbial de Francia en ese momento. El día D para desatar la rebelión indígena y la posterior invasión española estaba fijado para el amanecer del 17 de junio. Por fortuna para Francia y desesperación de los africanistas españoles, justo en esos momentos llegó la urgente petición francesa de una mediación española cerca de los alemanes con vistas a un alto el fuego y la rendición. Franco mandó detener la operación marroquí en el último momento y muy a su pesar. No era correcto bajo ningún punto de vista aceptar esa labor mediadora con una mano y con la otra asestar una puñalada por la espalda, ni siquiera a la odiada Francia, pese a su comportamiento tan favorable a la República durante la guerra civil.

El resultado de todo ello fue que se diseñaron al menos tres operaciones ofensivas (Marruecos francés, junio 1940, Gibraltar y Portugal, diciembre) por parte española, pensando Franco que, en cualquier caso, la guerra contra Inglaterra iba a ser asunto de unos pocos meses. Seis meses a lo sumo era la capacidad que tenía la España de entonces para guerrear valiéndose de sus reservas y sin ayuda exterior, y con ese plazo en mente se venía trabajando. Por distintas circunstancias nada de lo proyectado se llevó a cabo. La razón principal era clara y contundente: Franco no entraría en guerra si no se le garantizaba previamente por el Eje Roma- Berlín su ansiado Imperio norteafricano. La segunda razón fue que a fines de 1940 se vislumbraba cada vez más nítidamente que aquella sería ya una guerra larga y no la fácil campaña que anunció Hitler en Hendaya. Por lo tanto con ambos prerrequisitos en contra, el Caudillo decidió replegarse de nuevo a su no-beligerancia (más o menos condescendiente con sus antiguos aliados, eso sí) y abandonar para siempre cualquier tentación de participar en una guerra de desenlace cada vez más incierto.
El tiempo le dio la razón y ésta seguramente fue la decisión más importante y acertada de su larga dictadura. El descubrir (y admitir) hoy día que se hicieron preparativos militares muy serios para la intervención española en la Segunda Guerra Mundial (entonces, 1940, tan solo una guerra europea todavía) no descalifica a Franco ni como estadista ni como militar. Muy al contrario la imagen que se obtiene del Caudillo tras estudiar esos planes de operaciones tan trabajados y minuciosos es la de un militar profesional, muy bien informado y asesorado, que quería estar en la mejor disposición posible para combatir, aprovechando todas las oportunidades. En el caso de Portugal para asegurar la defensa de la Península frente a cualquier desembarco inglés. En el caso de Marruecos, tomar posiciones por la fuerza, ante la presentida desmoralización y debilidad francesas, que garantizaran esos territorios. En aquellos meses finales de 1940 hubo una posibilidad para España de engrandecimiento rápido y guerra corta, que Franco quiso aprovechar. A setenta años de los hechos no tiene ningún sentido seguir negando esa realidad, y, repetimos, aceptando la verdad que revelan los documentos no hacemos si no asumir, de una vez y para siempre, nuestra historia, con sus luces y sus sombras. Ya no nos encontramos en la difícil coyuntura de 1945-46 cuando había que proteger el régimen de Franco ante los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, ocultando lo cerca que estuvimos de implicarnos en el conflicto como aliados de Hitler. No hay necesidad ninguna de seguir manteniendo ese mito de la “hábil prudencia”, que si fue cierto para la etapa de 1942 en adelante, no lo fue para 1940 como acabamos de ver. Una recomendación final: no veamos aquellos años con la mentalidad de hoy. Hagamos un esfuerzo por ponernos en situación adoptando la mentalidad, las percepciones y la realidad de entonces. Quizás nos sea así más fácil entender esos preparativos ofensivos, y verlos como algo natural y hasta lógico, dadas las circunstancias. Es hora ya de asumir toda nuestra Historia, ya no es tan reciente, y huir de las visiones parciales y sectarias de los anti- y los pro-. Si permanecemos estancados en una producción historiográfica de bandos enfrentados no lograremos asumir y digerir los conflictos de nuestra convulsa historia del siglo XX. Y una sociedad moderna necesita hacerlo para convertirse en adulta y encarar con seguridad su futuro.

[1] “Plan de Operaciones 34 (1)” (Portugal), Alto Estado Mayor, diciembre de 1940, Documento 3208, Archivo de la Fundación Francisco Franco.
[2] ROS AGUDO, Manuel, La Gran Tentación. Franco, el Imperio colonial y los planes de intervención en la Segunda Guerra Mundial, Styria, Barcelona 2008.
Publicado en:
"Altar Mayor", Nº 130 - Septiembre - Octubre de 2009